Estrella cotidiana

La glamourosa música con acento mexicano insiste sobre los oidos atentos del público gratis. Son coplas que surgen de la escuela más pop del buen rock inglés. Es brit pero muy a lo MTV y suena a grandes estadios. El juego de luces acompaña un cuidado show y los estridentes gritos de la docena de fanáticas que estudian en la UP hacen pensar que estamos ante las nuevas estrellas del rock latino. Y él, mexicano y medio Gallagher, anuncia un invitado. El silencio se hace largo antes de que se devele el misterio. ¿Quién será el argentino para esta escena? Sorprendentemente es uno de esos músicos bien under, de años de escuela en agendas emergentes y filosofía indie. Se lo ve más flaco que nunca, con un crecido pelo peinado con aires victorianos y un pañuelo señoral al cuello. Se calza la guitarra y empiezan a tocar, aplaudidos por la masa.

Con el mismo porte de intelectual severo consulta torpemente el precio de dos libros y pregunta si son para regalo. Los envuelve con cuidado de inexperto y procede al cobro vía posnet. Le agradezco su humilde y buen servicio y aún me sorprendo -inocente- de que sólo 24 horas antes estuviera en el ojo de la tormenta, estelarmente inalcanzable.

1 comentario:

Traut dijo...

Otro déjà vu. Creo haber estado ahí... Buenísimo tu nuevo blog, Hache. ¿También seré tu (incisiva, insoportable) crítica literaria?