El peso del destino

"Indique su destino".
La sentencia era clara a pesar de encontrarse en tan extraño lugar, labrada en electrónicos puntos negros sobre una pequeña pantalla verde. Me quedé paralizado y, mientras retenía la respiración en lo hondo, vi pasar mil distintos futuros. Finalmente, mordiéndome las palabras, lo dije:
"Un peso, por favor".

Porteño Starbucks

Fue uno de los primeros días y, después de hacer cola un rato largo, se empezó a sentir ridícula, sobretodo cuando un señor le preguntó: "¿Para qué es esta cola?". Ella tuvo entonces un momento de extrañamiento. "Para tomar café", respondió, e inmediatamente se puso la mochila celeste al hombro y se retiró del lugar. Total cada esquina de Buenos Aires tiene un café distinto para probar, y sin hacer cola.