El hombre de la cicatriz

Estaba caminando de aquí para allá en ese vagón del tren, paseando la marcada cicatriz que le atravesaba la garganta y le acentuaba los años, mientras repetía algunas frases entre la gente para vender su mercadería de segunda con seductor discurso de oportunidad. Un joven sentado en el piso lo observaba fijo, clavándole sus ojos -como filosa daga- en esa lejana marca del tiempo. Era imposible no detener la vista en la enorme cicatriz que le surcaba la garganta. Sus miradas no tardaron en cruzarse y, desde allí abajo, el joven le preguntó sobre el origen de la cicatriz. En ese momento, el gesto del viejo hombre se transmutó: se vio reflejado a sí mismo, invertido en espejo, y reconoció su lugar treinta años atrás, sentado al ras del piso, mientras preguntaba insolentemente a un hombre mayor sobre esa cicatriz. Permaneciendo en silencio, el hombre de la cicatriz sacó el cuchillo que había guardado durante tanto tiempo y cortó el cuello del joven en ese exacto lugar, para signar, una vez más, el ciclo eterno de un relato sin final.

Su blanca palidez

Tenía los dedos mochos, hinchados, morados. Las uñas pintadas de un negro grosero y una parva de maquillaje barato en el rostro. Parecía una momia con anteojos de sol. La lancha se mecía de aquí para allá en movimiento constante y nauseabundo. Él se acercó. Peinó hacia atrás con la mano su pelo entrecano, extendió el brazo sobre el asiento y le dijo: "¿Viajando sola?". Ella lo miró con ganas de poco contestar y él insistió; le temblaba ligeramente el pulso. "¿Cruzando el charco para ver a la familia, verdad?". La mujer cortó el silencio con voz seca: "Voy a un velorio". Pese al revés, él amagó con continuar el diálogo. "Al mío", aclaró ella, y así concluyó todo.

En honor a Andre, viajera de los charcos.

Balada vulgar

Te mira. La mirás.
Te sonríe.
Te busca. La buscás.
Te hace tomar, le hacés tomar.
Te mira. La mirás.
Te busca, la buscás.
Te juega. Le jugás.
Te mira.
Te sonríe. Te bromea.
La provocás, te responde, la mirás, le bromeás.
Te ayuda, la ayudás.
Se acerca, te acercás.
Te dice que va al baño.
La esperás.
No vuelve más.